Jaime Bielsa tómo el micrófono para explicar que los tatuajes, piercings y tintes son mensajes que usan el cuerpo como canal de comunicación. En nuestra cultura horadamos las orejas de las niñas para ponerles pendientes al poco tiempo de nacer; desde pequeños nos ponemos tatuajes temporales, calcomanías; los tintes del pelo cubren con colores casi naturales las canas de muchísimas mujeres y algunos hombres desde hace generaciones.
Esas prácticas se han extendido a toda la población y constituyen mensajes que reflejan la historia, el carácter o los gustos personales. Antes de llevarlas a cabo conviene conocer el proceso y las repercusiones personales y sociales que puedan tener.
La inserción de tinta duele y hay que cuidar la piel recién tatuada; por otra parte, puede ocurrir que con el tiempo el tatuaje se deteriore o que la persona deje de identificarse con la imagen tatuada. Aún así cada vez hay más gente que lo hace y ha dejado de ser una práctica marginal. Los piercings, que duelen mucho menos, están normalizados si son en la oreja, pero en otras partes del cuerpo aún sorprenden. También se han extendido los tintes a jóvenes y adolescentes que exploran todos los colores posibles.
A pesar de la generalización de estas prácticas, aún no están totalmente normalizadas y provocan reacciones en el entorno inmediato como críticas, burlas o rechazo.
No obstante, cualquiera de ellas constituye un acto de libertad. Por eso Jaime recomienda que seamos libres y usemos nuestro cuerpo para expresarnos como queramos.
Gracias, Jaime, por compartir tu reflexión.
