Por culpa del confinamiento se han alterado todas nuestras rutinas. Una de ellas era recoger en una entrada como esta el testimonio de quien pasaba por la tribuna para amenizar nuestro recreo de los jueves.
Han pasado solo dos semanas pero la incertidumbre de la vuelta hace que el tiempo transcurra de forma diferente. Así que vamos a recuperar una pizca de rutina… para ponerle un ancla al tiempo.
Quiero tratar de recordar con vosotros ese último recreo normal del jueves 11, cuando, poco antes de que se calmaran el ir y venir y el ruido de la salida de clase, Denis Nitica agarró el micrófono delante de cincuenta o sesenta alumnos para reflexionar con mucho sentido del humor sobre los estereotipos que asociamos a las diversas nacionalidades. Hizo un repaso por chinos, marroquíes, sudamericanos, ucranianos… y rumanos. A cada uno le corresponde un cliché que todos reconocemos. Nuestro público siempre es favorable al orador de turno, pero, en este caso, conectó muy bien y las risas se tornaron carcajadas cuando Denis bajó a sus propias vivencias como rumano, pero «curiosamente» sin relación familiar con la albañilería. En seguida llegó el contrapunto y nos puso el nudo en el estómago cuando contó que a los chicos de su generación, nacidos fuera y criados en España, esos estereotipos no les hacen sentirse integrados ni iguales, aunque sonrían y se rían.
Si en otras circunstancias te hubiéramos dado las gracias, Denis, por tu preciosa intervención, hoy te las damos doblemente, porque el recuerdo de esa charla resulta hoy más tierno y más nuestro. Brindemos por recuperar pronto momentos como ese.